Por Alejandro Cannizzaro – Área de Comunicación CONICET CENPAT
Publican la compilación más completa hasta ahora sobre la evolución del cerebro de reptiles, aves y mamíferos
La paleoneurología es una rama de la paleontología que se dedica al estudio de la anatomía y evolución del sistema nervioso de animales extintos. Las investigadoras del CONICET María Teresa Dozo, del Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP, CONICET), y Ariana Paulina-Carabajal, del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA-CONICET-UNCo), son especialistas en esta línea de trabajo y estuvieron a cargo de la edición del libro Paleoneurology of Amniotes. New Directions in the Study of Fossil Endocasts, junto a Thomas Macrini, científico en la Universidad St. Mary’s University, de San Antonio, Estados Unidos y a Stig Walsh, investigador en el Museo Nacional de Escocia del Reino Unido. “El libro, donde intervienen 70 autores de varias partes del mundo, está organizado en 21 capítulos y recorre a lo largo de sus 840 páginas, la compilación más completa de estudios paleontológicos de estructuras neuroanatómicas. Las mismas, por tratarse de partes blandas, no están preservadas en los fósiles y deben ser reconstruidas en base a los correlatos osteológicos dejados dentro de la cavidad cerebral en una amplia variedad de animales, abarcando un período que va desde hace 250 millones de años hasta la actualidad. Este libro, además, ofrece una visión general de la gran diversidad de morfologías cerebrales presentes en los diferentes grupos extintos, la historia evolutiva de las estructuras cerebrales y el uso potencial de estos datos en el estudio de la paleobiología de los principales grupos de amniotas, es decir de réptiles, aves y mamíferos”, explica Dozo. En los últimos años y través de la aplicación de nuevas tecnologías, como son las tomografías computadas y la reconstrucción 3D, se pudo obtener novedosa información anatómica que permitió reconocer nuevos caracteres potencialmente útiles para los estudios sistemáticos, filogenéticos y paleoneurológicos, como también para interpretaciones paleobiológicas en vertebrados en general. “Las tomografías computadas abrieron el panorama de estudio. Antes estábamos restringidos por tamaño del material fósil y a la posibilidad de remover en forma mecánica el sedimento que rellenaba la cavidad endocraneana, posibilitando la confección de un molde físico de látex. Los moldes cerebrales de dinosaurios por ejemplo están estudiados desde hace muchísimos años pero no se tenía tanta información sobre la anatomía y el funcionamiento del cerebro de animales pequeños, como son una lagartija o una serpiente”, describe Paulina-Carabajal. “El uso de estas técnicas no invasivas revolucionó a partir del año 2000 el campo de la paleoneurología, que se vio inmensamente beneficiado”, asegura Dozo. Las científicas recuerdan además que hasta el presente no cuentan con esta tecnología (tomografías computadas) en sus laboratorios y deben realizar sus análisis en hospitales y clínicas que gentilmente ponen a disposición su tecnología al servicio de la investigación. Más allá de la cantidad y la calidad de la información que el libro recopila, otro de sus puntos fuertes, según indica Paulina-Carabajal, “es que los datos ahora están todos juntos. Estábamos acostumbradas a tener que rastrear los estudios de paleoneurología por distintas fuentes. Siempre estuvieron muy dispersos, incluso en diferentes idiomas. Ahora, quien lo requiera va a disponer, en un único libro, de una gran diversidad de conocimiento específico”. Por último, destaca Dozo: “Este material es útil como lectura complementaria para cursos de anatomía digital, anatomía comparada de vertebrados, paleontología, neurología y radiología, así como programas de evolución”.